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Bulbgraph Obviamente, este artículo no es mío (no doy más que para traducirlo). Su autor es Robert X. Cringely. De hecho, no tengo ni permiso para hacer esto. La única razón por la que lo hago es porque quiero que todos puedan disfrutar con su columna semanal tanto como yo.

13 de octubre de 2006

Por qué YouTube no es (aún) la televisión del futuro

Por Robert X. Cringely

Todo el mundo sabe ya que Google ha comprado YouTube por 1.650 millones de dólares en acciones y casi todos creen que se trata de una operación arriesgada. De acuerdo, cada día se descargan 100 millones de vídeos de YouTube (algo que no se cansan de repetirnos, aunque parece que PaidContent piensa que es más probable que se trate de 40 millones de descargas diarias). Pero casi todos los expertos creen que la decisión de no incluir publicidad en los vídeos y las continuas quejas de varios estudios cinematográficos y redes de televisión sobre violaciones de derechos de autor tendrán como consecuencia que YouTube sea una carga para Google durante mucho tiempo.

Pues parece que no.

YouTube nos estaba engañando. La empresa dejó que los expertos pensásemos que estaba en la ruina porque le beneficiaba que se tuviese esa percepción de la empresa. Por una parte, se trata de algo digno de aparecer en las noticias, algo que le encanta a YouTube. Así YouTube parecía desvalido en comparación con grandullones como Google Video y Yahoo Video, y los consumidores suelen estar del lado de los perdedores. Además, como al estar en la ruina no se suele disponer de fondos, la empresa no era un objetivo demasiado apetecible para las denuncias por violaciones de derechos de autor.

Pero nada de esto era cierto en lo más mínimo. YouTube obtiene considerables beneficios.

Averiguar esto no es algo que pueda atribuirme, aunque me siento tonto por no haberme dado cuenta. El gran cerebro tras este caso es un bitacorero llamado Froosh que escribe en HipMojo.com (está entre los enlaces de esta semana). Froosh nos proporciona unas cifras de escándalo que sugieren que YouTube obtiene unos beneficios brutos de unos 7,5 millones de dólares al mes, afrontando unos gastos de menos de 2 millones.

Para ser sincero, creo que en realidad las cifras de beneficios son menores y las de gastos son mayores, pero incluso si YouTube se encontrase en el punto muerto ya estaría inmensamente mejor de lo que la mayoría de nosotros pensaba.

Las cifras de Froosh son demasiado elevadas y estaban corrompidas por la evidente ignorancia que ZDNet exhibe sobre los costes verdaderos de la retransmisión de vídeo por Internet. Parece que ZDNet cree que YouTube paga 85 centavos a Limelight Networks por cada GB de vídeo descargado. Francamente, no sé cuánto le cobra Limelight a YouTube, pero sí que sé que DataPipe sólo le cobra 20 centavos por GB y ni soy un gran negociador ni consumo la misma cantidad de ancho de banda que YouTube. Según mi experiencia en NerdTV y el enorme volumen de YouTube, yo diría que pagan unos 10 centavos por GB.

La verdadera noticia no es que YouTube sea rentable y que esté ingresando un par de millones de dólares al mes sino CÓMO obtiene sus beneficios: a través de anuncios fijos y contextuales. Mientras que todos buscábamos publicidad antes y después de los vídeos y lamentábamos su ausencia, YouTube conseguía su dinero a la antigua usanza, como casi cualquier otro sitio Web.

De hecho, exactamente igual que Google, razón por la que ambas empresas encajan tan bien y por la que el precio, bueno, pues no importa porque se ha pagado con acciones de Google, que hasta ahora no se han regido por ninguna norma realista, así que ¿por qué deberían hacerlo ahora?

YouTube no es tanto un sitio para compartir vídeos como una red social construida entorno al vídeo. La empresa, que obtiene sus contenidos de forma gratuita, ha construido un negocio rentable como portal de vídeo. Estrictamente hablando no es Web 2.0 en absoluto sino que presta toda su atención a aplicaciones Web 1.0 como Motley Fool.

Entonces, ¿es YouTube la televisión del futuro o no?

La respuesta a esta pregunta debe basarse en cómo UTILIZAMOS el medio más que en cómo el medio nos utiliza a nosotros. No creo que YouTube tal y como existe en este momento sea la televisión del futuro ni por asomo porque, si lo fuese, la televisión estaría en tremendos apuros.

¿Dónde está la gente que pasa seis horas al día viendo YouTube? Existen, estoy seguro, pero hubo una época en la que los estadounidenses pasaban una MEDIA de seis horas al día viendo la televisión, más de lo que dedicaremos a YouTube en la vida. YouTube se vuelve aburrido tras unos 20 minutos, así que es complicado que sea el próximo Seinfeld.

Si cada día se descargan 100 millones de vídeos de YouTube y si cada uno de ellos dura unos 2,5 minutos de media como sugiere PaidContent, la audiencia media de YouTube consume 250 millones de minutos o, lo que es lo mismo, menos de UN MINUTO POR RESIDENTE EN ESTADOS UNIDOS POR DÍA. Se trata de un cambio en las costumbres, cierto, pero no muy grande y ni siquiera existe garantía de que sea algo permanente.

La propia experiencia televisiva siempre ha estado basada en dos factores: la inmediatez y el valor de la producción. La televisión nos proporciona eventos en vivo que compartir como nación. YouTube no puede darnos algo así. La televisión nos proporciona producciones cuyo valor no puede ser asumido por individuos. YouTube no puede darnos algo así a menos que se trate de una copia de contenidos protegidos por derechos de autor.

Gracias a su evidente rentabilidad YouTube está cerrando acuerdos ventajosos con compañías discográficas y redes de televisión en los que se reparten los beneficios. Deben existir beneficios para que puedan repartirse. Pero si examinamos detenidamente estos acuerdos, veremos que también incluyen la posibilidad de que YouTube distribuya en exclusiva contenidos originales procedentes de socios como CBS.

¿Se gastará CBS 1 millón de dólares por hora en los contenidos que distribuya en YouTube? No creo. CBS va a arrojar a YouTube todos sus viejos pilotos y aquellos capítulos que ya haya descartado: contenido que no le costará un penique porque ya pagó por él hace mucho tiempo con otros fondos.

La televisión comercial va a utilizar YouTube para vender lo que le sobre, al menos por ahora.

Que YouTube no sea la televisión del futuro no quiere decir que la televisión no tenga futuro. No paramos de encontrar nuevas formas de ver contenidos antiguos y, tarde o temprano, también encontraremos nuevos contenidos para ver de esas nuevas formas.

Me parece irónico que YouTube no emita los episodios completos de NerdTV porque duran demasiado y son demasiado grandes según las especificaciones de YouTube (como máximo 10 minutos y 100 MB). Es más probable que vídeos de mayor duración como NerdTV conformen un nicho de audiencia que sea parte de la televisión del futuro, más que el contenido actual presente en YouTube, aunque se trata de algo que podría cambiar con el tiempo, por supuesto.

Las cifras actuales dicen que el vídeo es una excusea y que el meollo de YouTube es, en realidad, su red social. No se trata de ninguna novedad novedosa sino de más de lo mismo de siempre.

Y, hablando de novedades, dentro de dos semanas el aspecto de esta columna será completamente nuevo. Será el cuarto cambio de diseño en nueve años, pero esta vez lo vamos a cambiar prácticamente todo, incluso el código fuente, pasaremos de HTML del jurásico a la plataforma de bitácoras Movable Type.

Sí, Yo, Cringely se va a convertir en una bitácora. Me he resistido durante bastante tiempo pero la economía de este cambio es evidente y muchos lectores apreciarán la posibilidad de escribir comentarios que en breve tendrán. Una cantidad equivalente de lectores odiará por completo todo esto, no porque sea algo malo sino porque los lectores casi siempre odian los cambios.

Y yo digo "a por ellos".

Original: http://www.pbs.org/cringely/pulpit/pulpit20061013.html
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